14 ºC
llovizna
Estamos ya en la entrada 2 del Parque Nacional de los lagos de Plitvice, con las entradas compradas y dispuestos a recorrer toda la parte Sur. Vamos hasta la parada del autobús, hemos decicido subir en el bus y bajar andando, recorriendo el itinerario H. Aunque de esta manera tienes las cascadas a la espalda cuando caminas. Si lo haces al revés te las vas encontrando de cara, pero ya nos giraremos.
Afortunamente la lluvia ha parado cuando nos bajamos del bus junto al lago más alto del parque y comenzamos a hacer el recorrido.
Los lagos tienen un color verde-azul turquesa precioso, el agua es totalmente transparente y se ve el fondo perfectamente, están llenos de peces, de patos, de garzas, de ratoncitos de campo que corren por las orillas, y según dicen, de osos y linces en la parte de la montaña a la que no acceden los visitantes al parque.
Como es primera hora no hay mucha gente y podemos andar tranquilos, nos vamos parando a hacer fotos. Hay cascadas por todos los lados, el curso del agua se ramifica infinitas veces y cada reguero cae por un lugar diferente.
11:00 AM
nublado pero sin lluvia
Llegamos al lago más grande, el que se puede atravesar con un barco, y nos montamos. Queremos ir hasta la parada 1 del bus recorriendo la parte del itinerario H que nos faltó ayer. Empieza a haber mucha gente en los caminos y como son estrechos a veces nos molestamos los unos a los otros. Seguimos viendo bosques, lagos y cascadas. Una parte del camino atraviesa una sima húmeda y resbaladiza.
12: 15 PM
Empieza a chispear
Llegamos al parking 2 en donde está nuestro coche y nos encontramos una cola enorme de turistas que quieren comprar la entrada, ya tenemos comprobado que a quien madruga Dios le ayuda y una vez más se hace cierto el refrán.
Como hemos desayunado a las 6 de la mañana empezamos a tener hambre y nos comemos unos bocadillos de hamburguesa que habíamos preparado.
De postre compramos unos strudel caseros en un puesto junto a la entrada del pàrking, nos cuesta decidirnos entre la variedad de rellenos y finalmente elegimos uno de chocolate y cereza, otro de queso, nueces y cereza y el último de queso, manzana, amapola y nueces. Todos están deliciosos y además tenemos la suerte de que Edgar los prueba y no le gustan así que nos podemos comer su parte.
Nos montamos en el coche y cambiamos la montaña por la civilización, el resto del día visitaremos pueblos.
3:00 PM, en la costa
26º
Luce el sol
Llegamos a Zadar y tras una odisea para conseguir cambio de un billete en monedas para poder pagar el parquímetro nos vamos a visitar la parte antigua de la ciudad.
Ciudad romana desde el S.I a.C. fue capital de Dalmacia durante siglos y guarda muchos restos de esa época de esplendor
El centro histórico se encuentra en una pequeña península rodeada de murallas. Hemos empezado la visita en la Plaza Zoranica en la que hay una columna corintia del foro y pozos octogonales, hemos atravesado la muralla para entrar por la puerta del mar, con un león veneciano ( los hay por toda la zona, signo de la época en que los duques de Venecia expandiero su imperio por el Báltico).
Al llegar al foro romano, una explanada llena de restos de columnas y capiteles nos hemos encontrado rodeados de iglesias, la de Sv.Marija que conserva el campanario románico original, la de Sv.Donat, construida en parte con piedras del foro romano, la ortodoxa de San Elías y por último la catedral de Sv. Stosije (Santa Anastasia).
En esta plaza tambien hay una columna donde se encadenaban a los ladrones y malechores para su humillación pública y que todavía conserva las argollas y cadenas.
A parte de los restos históricos Zadar tiene una atracción moderna sorprendente, en el muelle de la ciudad construyeron el 2005 un órgano marino, unos tubos que atraviesan el muelle suenan cuando el oleaje empuja el aire que contienen, emitiendo notas musicales sin orden. La gente se tumba en el muelle a escuchar la melodía mientras unos metros más allá, y ante lo difícil que es encontrar una playa “de verdad” en estas costas, el mismo muelle tiene una terrazas que descienden al agua sirviendo para poderse meter en el agua y tomarse un baño.
Hemos vuelto al coche caminando por el Decumanos Romano, convertido ahora en una hilera continua de heladerías y tiendas de pizzas a porciones.
Íbamos a Zadar sin muchas espectativas, incluso habíamos pensado en saltarnos la visita, pero nos ha resultado una ciudad interesante y entretenida.
5:30 PM
Parcialmente nublado
Empezamos la visita a la parte medieval de Sibenik, a la que hemos llegado desde Zadar bordeando la costa, contemplando islas grandes y pequeños islotes llenos de vegetación y un mar con olas de color azul intenso.
Sibenik es una ciudad medieval con callejuelas empinadas. Un castillo en la colina donde se encuentra el centro histórico y un fuerte en la colina de enfrente destacan sobre el resto de edificaciones al llegar a la ciudad.
Hemos callejeado hasta llegar a la plaza donde está la catedral de Sv Jacob, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es una mezcla de diferente estilos pues tardaron bastantes años en construirla.
En la fachada lateral destacan las figuras de Adan y Eva y sorprende la decoración con 72 esculturas de pequeñas cabezas humanas en la parte superior de la pared. Después de contemplar la fachada principal, hemos entrado a verla, pero están en obras y el andamio situado en el ábisde y sobre el altar desluce la visita. El baptisterio es digno de ver, con una bóveda ricamente adornada con pequeñas esculturas.
7:55 PM
Soleado pero empezando a anochecer
Descargamos las maletas en el apartamento de Trogir donde dormiremos esta noche.
Hemos decidido visitar el centro de la ciudad antigua por la noche. Se trata de una pequeña isla situada entre el continente y otra isla mayor, unida a ellos mediante sendos puentes. La ciudad vieja es Patrimonio de la Humanidad y ya van tres por hoy.
También es una ciudad medieval y su punto central es la plaza donde está situada la Logia Pública, la torre del reloj, la Iglesia de Santa Bárbara, el palacio Cippico y el Ayuntamiento.
Hemos completado la visita paseando por el puerto, que estaba repleto de barcos atracados llenos de turistas hasta llegar al castillo Kamerlengo.
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